Por Francisco Fontano Patan
Al norte de México, se encuentra la península de Baja California, uno de los lugares más largos y estrechos del mundo y cuya curiosa geografía llevó a que por años se le tomara, equivocadamente, como una isla. Pese a su gran extensión, es uno de los lugares menos poblados de México, pero eso no ha evitado que se convierta en uno de sus principales destinos turísticos. De hecho, y quitando Quintana Roo, donde se encuentra la mundialmente famosa Rivera Maya, Baja California Sur, uno de los dos estados que se encuentran en la península, es el segundo que más visitantes extranjeros recibe en todo el país. Curiosamente, y pese al gran número de extranjeros que recibe, Baja California Sur es un destino prácticamente desconocido en gran parte del mundo, y es que 97% de los viajeros que llegan ahí son de solo dos países: Canadá y Estados Unidos, por lo que se trata de un lugar exótico para la gente del resto del mundo.
Prácticamente todos estos viajeros se concentran en dos destinos: Los Cabos y La Paz, que son también sus principales urbes, ya que el resto de su extensión está escasamente poblada, y es de uno de estos, La Paz, del que te hablaremos el día the hoy.
Los dos destinos más populares de México se encuentran en los dos extremos del país, uno en el Mar Caribe, y otro en el Océano Pacífico, y tienen en común que, en ambos casos, su principal atractivo es el sol y el mar. Si bien las de Cancún suelen ser más populares, las de Baja California Sur están consideradas como las mejores playas de México por el distintivo Blue Flag. El mayor número se encuentra en Los Cabos, pero en La Paz está una de las más hermosas del país, llamada El Coromuel, con aguas cristalinas, oleaje tranquilo e ideal para toda la familia. Pero si bien las playas son el principal atractivo del lugar, no es lo único que puedes hacer, y La Paz es un destino que,además, sirve como plataforma para conocer el ecosistema del desierto. En esto, encontrarás la principal diferencia entre los dos destinos favoritos de México, si uno se encuentra en medio de la frondosa selva maya, el otro es caracterizado por su aridez.
El ecosistema del desierto y el marino son dos que no te puedes perder en este destino, y las opciones y servicios para que disfrutes de ambos son de primer nivel. En ambos casos puedes conocer la naturaleza de manera tranquila a través de paseos y avistamientos de animales, o sentir la adrenalina del turismo de aventura. La primera opción es conocer el mar, y es que el Golfo de California es considerado uno de los ecosistemas marinos más ricos del mundo. Tanto es así que el famoso Jacques Costeau, el explorador submarino más conocido que ha existido, bautizó a estas aguas como “el acuario del mundo”. Además, la UNESCO lo tiene protegido como Patrimonio de la Humanidad. En el también llamado Mar de Cortés, viven 40% de las especies de cetáceos del mundo, y puedes conocerlos desde un paseo en barco, haciendo esnórquel o buceando. Además de los cetáceos, animales como leones marinos o tiburones balena también son muy populares entre los visitantes. Una de las especies más famosas del mar es una que difícilmente verás, la vaquita marina, el cetáceo más amenazado del mundo y del cual apenas quedan pocas decenas de ejemplares. La pesca ilegal, así como el uso excesivo del agua del río Colorado en Estados Unidos, son sus principales amenazas, y como viajero puedes ayudar viajando asegurándote que, si comes marisco, este venga de pesca sustentable, la cual no amenaza a la vaquita. En tierra, el desierto ofrece más aventuras de las que puedes imaginar. El senderismo, el ciclismo de montaña y el sandboarding son las actividades que puedes hacer para recorrer los áridos paisajes que rodean la ciudad.
Hay rutas que van desde los 2 hasta los 21 kilómetros, dependiendo de tus ganas de explorar y de tu condición física.
No solo hay naturaleza, pues también puedes recorrer la ciudad de La Paz. La capital del estado estaba casi destinada a estar en este lugar, que era un puerto seguro para los barcos europeos y fue el lugar desde, durante casi dos siglos, se hicieron decenas de frustrados intentos de conquistar el lugar. Desde Hernán Cortés hasta el padre Kino, todos quienes intentaron fueron incapaces de establecer un asentamiento permanent para reducir a los indígenas nómadas de la zona, y es que los europeos nunca supieron como adaptarse a la escasez de agua y alimentos que había y para la cual los grupos guaycuras, pericúes y cochimíes estaban perfectamente adaptados. Por ello, es que La Paz es una ciudad moderna y con pocos edificios históricos, aunque en algo tuvieron razón los europeos, era el mejor lugar para establecer una urbe. Puedes conocer la catedral de La Paz, que se construyó entre 1861 y 1865 y remplazó a la antigua misión jesuita que desapareció tras su abandono en 1749. Se encuentra en una plaza a pocas cuadras del malecón, el lugar donde hallarás la mayor parte de los restaurantes y bellos atardeceres, y donde también puedes hacer un paseo escultórico con obras de artistas mexicanos creadas entre las décadas de 1990 y de los 2010 y casi todas con temas marinos. Finalmente, vale la pena destacar los espacios museísticos, entre los que destaca el Museo Regional de Antropología, el de Arte y el de la Ballena y Ciencias del Mar.
Una última razón para considerar visitar La Paz es que, contrario a otros destinos del norte del país, que están considerados como parte de los estados más peligrosos de México, toda Baja California Sur es un lugar muy seguro, donde los viajeros pueden disfrutar sin preocupaciones .